Luisa se encontraba recorriendo las calles ya memorizadas de tanto caminarlas, la lluvia rencorosa amenazaba con su llanto y el aire era perfumado por una suave fragancia a margaritas, a lo lejos la certeza de dias mejores marcaban la ruta
Cuadra tras cuadra, Luisa ya se habia agotado cuando lo vio, un muchacho de contextura deportiva se dirijia en dirección contraria... paso a paso se acercaba... el silencio se adueñaba del momento
Tenia ojos negros, tez blanca y una mirada serena... Luisa lo noto, aquel era su principe negro, ese por quien habia esperado tanto y la razon por la cual rechazo a decenas de pretendientes
No lo pudo evitar, Luisa se acercaria y le pediria que la ayudase a encontrar una direccion inexistente, no perderia el tiempo y lo conquistaria, el muchacho perdido en la sonrisa de ella intentaria conseguir algun dato certero
Una madrugada de Mayo sus miradas se cruzaron y nacio el primer beso, los abrazos, las caricias y mimos fueron habituales, llego el dia del matrimonio, los hijos... el tiempo transcurrio muy deprisa y ahora ella se encontraba con muchos años encima, cuidando a ese muchacho que ya no poseia la belleza de antaño, amándolo a pesar de tanto tiempo, de tantas cosas... finalmente el dia final, cuando el destello de su compañero se apago sin dejar rastros y su vida dejo de tener significado, cuando al fin pudo decir “me rindo”
En ese instante Luisa recordo donde se encotraba, el muchacho acababa de pasar a su lado, habia perdido la oportunidad de hablar con el, de vivir su vida junto a su principe negro, de cientos de dulces anécdotas, de miles de besos, de muchas sonrisas, de algunas lagrimas pero por sobre todo el se habia perdido de ese amor tan profundo que ella habia reservado e inclusive siquiera en sus mas remotas alucinaciones el muchacho pudo imaginarse como seria de feliz su vida acompañado por Luisa
No hay comentarios:
Publicar un comentario