miércoles, 5 de agosto de 2009

Dante en el mas alla

Pobre Dante, aquel sitio no era como lo habia soñado, no existian los circulos del infierno ni tampoco las puertas del paraíso, no habia un camino espinoso para recuperar a una amada ni un barquero al cual engañar para cruzar de una orilla a otra de un rio fetido, a su lado existia el vacio y no un alma que buscando la absolución de sus pecados lo guiara por los senderos adecuados explicándole todo lo que sus ojos admiraban, no habia nada que observar, cuando Dante llego a esos bosques de ausencia solo quietud y silencio habitaban, grito desesperado, grito nuevamente aun con mas fuerza, una y otra vez grito hasta que su garganta comenzo a sangrar, solo el y un suelo de tierra existian, y oscuridad, mucha oscuridad, ya sin fuerzas Dante se arrodillo rezando, casi suplicando, que ese en quien el creia fuera para reconfortarlo pero todo continuo igual, era una noche extraña y el un extraño en esa noche, juro que rezaria mil dias pero sin los ocasos es difícil contar el tiempo, desde aquel dia en que prometio se encuentra arodillado murmurando aquello que aprendio desde pequeñuelo, aquellas frases ridículas y repetitivas que nunca olvidara por el resto de los tiempos, solo y en compañía de ausencia