martes, 12 de agosto de 2008

Carla

El calor de la soledad lo abrumaba, Carla se habia marchado hacia algunas horas pero el aun sentia las marcas de sus labios, la ternura de sus caricias y el aroma a sudor... solo se encontraba el, dos copas con vino y unas sabanas tiradas en el piso
¿Cuanto habria durado la visita? No pudo resistirse a arrojarse sobre ella apenas cruzo el umbral de su casa, intento rasgarle la ropa desesperado, como si estuviera asfixiandose, en realidad el se ahogaba en la soledad, Carla lo detuvo, Carla era suspenso en su monotona y cotidiana vida, una vez superado el primer arrebato de pasion sus manos comenzaron a temblar, quiso disimularlo perfilandose hacia otra direccion pero ella lo noto, las tomo delicadamente y las llevo a su pecho mientras lo sentaba en su cama, lo calmo aunque fuera solo por un instante, Carla se paro y sin pronunciar lleno dos copas con vino que el habia preparado antes y olvidado despues, la luz tenue remarcaban sus suaves ojos negros y ese pequeño lunar sobre el labio le recordaba a una estrella oscura en su afan de conquisar los cielos, brindaron y probaron ese Malebc añejado, Carla bebio otro sorbo algo mas largo y profundo, lo miro fijamente y con una sonrisa inocente pero maligna comenzo a quitarle la camisa suavemente con sus manos de seda, cada desliz, cada caricia, se grababa en sus sensaciones, en sus recuerdos, en su alma, Carla beso sus manos, su pecho, luego sus brazos, ella era una exquisita amante que sabia llevarlo hasta el limite de la cordura para dejarlo caer en su atroz inmundes, poco a poco el placer y la lujuria se adueñaron del control, el ya no manejaba su cuerpo, solo seguia armoniosamente los compases del cuerpo de Carla, el se fusiono en ella, se perdio en el calor de su cuerpo, en sus fungidas, en su olor a fantasia barata y en su boca con sabor a muchos...
Cuando todo finalizo y mientras el dormia Carla se levanto, recogio el ropaje desparramado y se vistio sigilosamente, tomo los 50 pesos sobre la mesa de luz y se marcho