-¡¡¡Te encontre!!!-
Damián tomo la mano helada de Julia...
-¿Cuanto he estado aquí dormida?-
-Mucho tiempo para mi-
-Pero si tu estas aquí... significa que estas... -
-No creo, lo ultimo que recuerdo es que estaba acariciando a Andrea en nuestra cama-
-¿Cómo esta ella?-
-Muy mal, te extraña, llora todo el tiempo-
-Mi pequeña sufre, ¡que idiota!, si solo hubiera tomado el auto como me dijiste-
-Ya esta vida, no podemos cambiar lo que sucedió, ¿que tal eso del mas alla?-
-Veo que conservas el humor cariño, te extraño mucho-
-Yo tambien-
Damián no aguanto mas y quebro en llanto
-No llores, ves que me puedes visitar cuando quieras-
-No lo se, no se si esto pasa o es un sueño, no se que hacer con Andrea y conmigo-
-Has lo que siempre hiciste conmigo, amala, como yo los amo a ambos-
-Es facil decirlo, me haces mucha falta-
-Y tu a mi-
Julia se levanto y suavemente beso a Damián en la boca
-No quiero despertar-
-Tienes que hacerlo-
-No quiero perderte de vuelta-
-Jamas lo haras, busca en el tercer cajon de la mesa de luz, ahí encontraras algo importante-
-No te vay...-
Damián desperto bajo el abrazo de su pequeña hija dormida, con marcas de lagrimas secas, la corrio despacio y se acerco a la mesa de luz sigilosamente, dudo un momento si abrirlo o no, ya no soporto mas... sus ojos se iluminaron repentinamente