Miquilo estaba agotado, los niños al verlo ya no huian despavoridos, es mas, ya no huian, los niños de ahora temian a robots malignos, extraterrestres con sed de guerra o como mucho a cataclismos atomicos
Miquilo habia intentado mas de una vez recuperar su fama, pero se mofaban de el e incluso una pequeña llego a confundirlo con un chihuahua, lo vistio con ropas de perro y adornos, lo baño y alimento, Miquilo pudo haberse quedado como el sabueso de la familia pero eso no lo hacia feliz
Miquilo algunas noches recordaba las epocas de antaño cuando los niños, e inclusive adultos, le temian, cuando su nombre estaba en boca de todos y era quizas el la unica razon por la cual tener miedo en la obscuridad, algunas veces mientras recordaba todo esto un lagrima caia de sus ojos
Miquilo ya no era feliz y penso que jamas podria volver serlo, una tarde de Agosto junto sus pertenencias, visito por ultima vez a las animas que lo acompañaron en esa aventura de asustar a los niños y mientras el sol se ocultaba Miquilo se dirigio a donde van las leyendas que se pierden en el tiempo, a ese lugar tan frio llamado olvido