miércoles, 28 de julio de 2010

Luz de luna en una noche de sombras

Luz de luna en una noche de sombras, el silencio del transito ataca la paz del descanso… pero mientras la mayoría se encuentra ya en sus hogares yo sufro la indiferencia del clima invernal, miro mi reloj, sube una vez mas en mi ese escalofrío que solo sucede cuando espero al colectivo después de la facultad, las agujas se acercan a las 23:15, observo a mi alrededor, calles vacías, Campana en esos momentos podría asemejarse a un sitio donde ocurren sucesos atroces, donde el mal se apodera de todo y todos, sin embargo quien sufre cien años se termina acostumbrando de ciertas cosas, al menos de forma parcial, e inclusive se comienza a divertir con las fugaces nuevas victimas de ignorancia. Mi reloj marca las 23:20, comienza mi temblor, una fragancia a tilo inunda el ambiente, un viento helado que escandaliza recorre las calles, miro hacia la dirección correcta y observo venir el famoso 228 rojo, amarillo y azul, se acerca muy despacio, son en circunstancias como hoy en las que cuento con una compañera ocasional de espera en las que esta le hace seña para que se detenga pero indiferente, el chofer, continua sin siquiera dudar o intentar la menor maniobra de frenado, una vez que se aleja yo dejo de temblar y tratando de recuperar la compostura le digo

-Jamás para, es un colectivo fantasma-
-¿Un colectivo fantasma?, eso no existe-

La miro con piedad y comienzo el monologo…

“La verdad no se cuando comenzó, en que momento su recorrido se volvió repetitivo hasta ser un espejo, lo que si puedo decirte es que ese es un colectivo fantasma, ¿Qué como lo se?, cuando comencé mi carrera acá en la facultad solía salir muy seguido antes de las 23:00 y subía al primero que pasaba, en uno de esos días escuche hablar a dos hombres mayores acerca de un colectivo que jamás se detenía, era la segunda vez que escuchaba acerca de el, un colectivo fantasmagórico, para que me entiendas fantasma, ahí me propuse averiguar que tan cierto era, claro que estos muchachos lo identificaban como el que pasaba a las 22:45, cuando bajaron tome el boleto que dejaron sobre el asiento y después de un par de cálculos simples saque la cuenta de que, en teoría por el horario en el cual ellos hablaban, pasaría por acá entre las 23:15 y las 23:25…”

Se escucha un maullido y un gato atraviesa la calle

“…No te pongas ansiosa, todos viven apurados hoy en día, el próximo colectivo pasa a las 23:45, hay tiempo para que escuches la historia completa, ¿Dónde quede? A si… Bueno, haciendo cálculos saque la conclusión de la hora en que pasaría por esta parada, no seria un digno estudiante de ingeniería si no pudiera resolver cálculos tan sencillos con mi mente, al día siguiente incrédulo ante la posibilidad de que la gente asimilara semejantes tonterías deje pasar el colectivo que siempre tomaba y espere al fantasma, el nerviosismo por verlo me hizo pasar una mala jugada, cada tres minutos observaba mi reloj, recuerdo que mientras se acercaba la hora sentí un fuerte olor a tilo, al final gracias a mi ineficaz manera de esperar pude comprobar que eran las 23:20 exactas en el momento de su llegada, estire mi brazo en ademán para que parara pero nada ocurrió, el chofer no se digno ni a mirarme, enojado y ofendido aun insistí al día siguiente y también en los posteriores, cada vez fui haciendo señas mas efusivas, e incluso en una ocasión llegue a gritarle, pero jamás me miro y menos aun freno, al mes caduque en mi esfuerzo, pensé que solo era casualidad, una rara casualidad, que no debía obsesionarme con el problema, después de todo a menos que fuera intencional no tendría la necesidad de viajar en él…”

Un frenado me sorprende

“…Ya vamos a llegar al quid de la cuestión, al meollo del asunto pero haceme el favor de subir al colectivo, de lo contrario tenemos que esperar al próximo y son como treinta minutos más, subí, subí, sentate por allá atrás que pago y te termino de contar la historia, hasta el barrio Héroes de Malvinas chofer, bien, no es muy lejos donde me bajo así que hace silencio y dejame contarte el final de todo esto… Te decía que intente por todo los medios que se detuviera, inclusive una vez pensé en ponerme en frente cuando pasara pero mi cordura pudo mas y me decidí a no hacerlo, te imaginas si no frenara y siempre y cuando no fuera un fantasma que me atravesara, después tendrían que buscarme de a pedacitos a lo largo de varios kilómetros, deje todo tal y cual estaba pero el destino se divierte con uno, al año siguiente ocurrió lo grave, no se muy bien como pero resulto que todos los días salía a las 23:10, si, como lo imaginas, era muy temprano para el colectivo anterior y demasiado tarde para irme caminando, al principio me abstuve de hacerle seña al colectivo fantasmagórico, sabia que no se iba a detener, al tiempo alterne a la aceptación, si sabia que no se iba a detener ¿Por qué no hacerle seña para que pare?, al fin y al cabo ya sabia cual era el resultado…”

Mira su reloj con impaciencia

“…¿otra vez con el apuro? dejame contarte todo y tal cual fue, si seguís interrumpiendo seguro me voy a saltear algo y al final no me vas a creer, ¿Me vas a dejar terminar? Esta bien, te tomo la palabra de que no me vas a volver a interrumpir… Continuo, ya casi termino, la suerte decidió que fuera el espectador sublime de este colectivo, al menos, diferente, cuando comencé a hacerle señas para que pare aun a sabiendas de que no lo haría empecé a notar que ese colectivo estaba repleto en todas las ocasiones, no cabía un alfiler, sin embargo siempre se veían los mismos rostros preocupados, delante de todos una enfermera con su uniforme que abre algo parecido a su cartera contado el dinero una y otra vez, ignoro de que le servirá eso en la otra vida, mas atrás dos policías sentados y un bombero parado, también de uniforme, creo que deben haber fallecido en servicio y por eso llevan puestos sus trajes, ellos hablan pero por su posición se ve que lo hacen sin voluntad propia, como si tuvieran que repetir en continuo un dialogo para nada novedoso, mas atrás una chica rubia que viaja con los ojos cerrados y su rostro dirigido al cielo, supongo que se preguntara que ha hecho para merecer ese castigo, además de ellos hay algunos espíritus mas que no vale la pena mencionar, pero todos esos entes poseen esas miradas tristes de resignación, de dolor y de pena, créeme, en mis siete años que me llevo la carrera siempre son los mismos rostros y las mismas posiciones, exceptuando, claro esta, alguna ocasión en la que alguno de ellos no viaja, supongo que inclusive las almas se merecen descansar un día entre eternidad y eternidad, sin embargo sigo en mi postura de que son todos fantasmas así como lo es el colectivo…”

Me levanto apurado y me paro en las escaleras, mi parada esta cerca

“…¿No me crees?, ¿pensas que te quiero engañar? Por los libros que he notado que llevas asistís a la misma carrera que yo, vas a ver como una y otra vez el colectivo fantasmagórico continua sin poder detenerlo, en cuanto pasen los años vas a comenzar a creerme, ¿Que como lo se? Cuando yo inicie la carrera una chica que estaba terminando me lo contó, al principio no le creí, como vos no me crees a mi, pero después de un tiempo termine dándole la razón, ¿Verme a mi para comprobarlo juntos? No, yo fui a rendir mi ultima materia y con suerte nunca mas tendré que pisar el suelo de esa parada de colectivos, debe ser por eso que sentí ganas de contar esto, es mi forma de transmitir la leyenda, ahora te toca a vos sufrirlo y quien sabe, seguro cuando estés a punto de recibirte vas a encontrar a alguien en la parada de colectivos y después de ver como el tren fantasmagórico no se detiene ante sus señales te vas a acercar y le vas a decir… “nunca para, es un colectivo fantasma…”.

lunes, 19 de julio de 2010

El sauce llorón

El sauce llorón suspira…
“Por favor hormigas laboriosas, no corten todas mis hojas, se que necesitan alimentar a sus pequeños pero entiendan que esas hojas también me brindan el alimento a mi, toma algunas pero no dañes las mas altas ni a los nuevos brotes o mi fin acarreara el tuyo también”
Las hormigas lo escuchan y reducen su faena
El sauce llorón suspira…
“Por favor hornero constructor, no rompas mis pequeñas ramas en pos de construir un hogar a tu familia, toma aquellas ramas que el tiempo a desperdigado entre mis raíces y junto con el barro y tu habilidad, tu familia tendrá donde guarnecerse de la inclemencia del clima, si mucha de mi savia es volcada mi vida se extingue y tu perderías un lugar seguro para tu nido”
El hornero la oyó y dejo sus ramas tranquilas
El sauce llorón suspira…
“Por favor tormenta impiadosa, tu que ante nadie te detienes y que digna de respeto eres, deja de sacudir mi cuerpo, ¿no notas que los años me han deteriorado?, ya no soy aquel pequeño árbol que se divertía entre tus ráfagas, no sientas que te insulto, solo te pido que tengas en cuenta que entre mis hojas y mis ramas juegan tus capullos, ¿Dónde irían si no estuviera yo aquí?”
La tormenta no desconoció aquellas palabras y amaino su vendaval
El sauce llorón suspira…
“Por favor hombre ingenioso, aunque tu capacidad te permite utilizar cada parte de mi ser, no olvides que también soy un ser viviente, que rió, que sufro y que temo, se que conmigo puedes crear un hogar reconfortante, un fuego que acerca los recuerdos, alimentos que sacian los dolores y muchas cosas mas, pero no te olvides de todas las criaturas que dependen de mi, toma lo que precises pero no acabes con mi vida”
El hombre inescrutable lo ignora y leña hasta acabar con él, sin saberlo el hombre marca el trágico fin de las hormigas laboriosas, del hornero constructor, de la tormenta impiadosa y el suyo mismo.

martes, 15 de junio de 2010

Carencia de vos (Jimex)

(Aclaracion textual: es de una amiga que a pesar de que me quiere mucho, no me visita ni da señales de vida, pero (reitera), me quiere mucho!)

Hoy duele tu ausencia, amor
se clava en mi sangre
y astilla mis horas

Hoy duele la soledad,
y la caprichosa necesidad
de saber y no saber de vos

Hoy duelen los ojos.
Te buscan tanto
que se van gastando.

Hoy duelen las manos,
Están desconcertadas,
no logran encontrarte.

Hoy duele pensarte.
duele como ayer,
como dolerá mañana

Hoy duele la noche amor.

http://www.plantadaenesteverso.blogspot.com/

martes, 30 de marzo de 2010

El intruso

No saben que me encuentro detrás de los arbustos, observando sus movimientos, percibiendo sus aromas, invadiendo su intimidad, él es morocho, alto y con un cuerpo envidiable, ella es más bien baja, muy voluptuosa y con unos ojos café haciendo juego con su pelo, ambos están allí, a menos de diez metros en total desnudez, son una clara invitación a la perversión pero yo poseo otro rango, se pasean por este maravilloso jardín, de a ratos se toquetean, comen, hacen el amor y se recuestan sobre el pasto a dormir, una vez intente acercarme para verlos con más detalle, conozco cada pliegue de su humanidad pero la curiosidad siempre rige, ella murmuro entre sueños y muy cuidadoso me aleje devuelta a las sombras no sin antes probar el sabor de su cuerpo, hace tanto que los vigilo que creo improductivo utilizar tantos esfuerzos en esta tarea, pienso que ella intuye mi presencia, siempre que algún animalejo produce ruidos voltea en la dirección en que yo estoy e inclusive casi puedo asegurar que en una ocasión me guiño un ojo, se que insinuar es siempre la mejor arma por lo que he decidido pedirle a una amiga busque hecho alguno para poder ajusticiarles, ella se acerca a ellos y les murmura algo, vuelve mi amiga al escondrijo y orgullosa me mira con sus ojos rasgados, volteo mi mirada hacia el hombre y la mujer desnuda, una sonrisa se figura en mi rostro, al fin pecan, al fin podré arrojarlos fuera de este paraíso que jamás debí compartir con ellos, salgo de los arbustos y camino con una seguridad aterradora, cuando me acerco lo suficiente los señalo con el dedo índice y en un tono omnipotente los acuso.
“¡Adán!… ¡Eva!… ¡han comido el fruto prohibido!”

domingo, 28 de febrero de 2010

Conversaciones entre un raton y una hormiga

Un ratón caminaba muy placido sobre las hierbas de una montaña cuando vio a un par de pequeñas hormigas que se dirigían en su mismo sentido bajo sus pies, detuvo a una
-Hormiguita, dime como te llamas-
La hormiguita siguió su paso firme a pesar del abrumador coloso que le solicitaba su atención
-Hormiguita, respóndeme o no te dejare pasar- agrego el ratón sentándose en el camino
La hormiguita al darse cuenta de que seria un fastidio que el ratón se interpusiera entre su posición y el de su hormiguero decidió dar el brazo a torcer, parsimoniosa levanto su mirada
-No tengo nombre, somos tantas que seria imposible que lo tuviésemos, mi vida no es como la tuya amigo ratón, yo trabajo desde antes que el sol aparezca hasta mucho después que este se pierde por aquel horizonte, el trabajo es mi ley, por favor no me estorbes-
-Vaya ley que tienes, dime amiga hormiguita, ¿como es que soportas trabajar durante toda tu vida?-
-No vivo lo suficiente para poder quejarme o incluso regocijarme de lo hecho, seguro sabes que mi vida no se extiende mas de dos semanas, después yo viajo a otros terrenos para continuar mi labor, lejos de aquí y ahora-
-Suena como un lindo lugar… o una mentira para consolarse-
-No lo se, supongo que el tiempo va a develar ese misterio, por lo pronto debo continuar llevando estas hojas, levántate de mi camino amigo ratón, he cumplido con mi parte, ahora te toca a ti-
El ratón se encontraba anonadado
-¿Y tú crees en realidad que el que tú entregues ese pedacito de hoja hará una gran diferencia en tu colonia?-
-De no ser así no me esforzaría para lograr que despejes mi camino y el de mis compañeras-
-Eres muy trabajadora hormiguita, pero además eres demasiado ingenua, una pedacito de hoja no hace la diferencia, podría conseguirte cientos de pedacitos como ese, es mas, podría incluso darte ramas con hojas completas de los cuales extraerías millones de pedacitos-
-Aunque trajeras todas las hojas del mundo no seria igual, este pedacito de hoja lo encontré yo solita, además lo corte en perfecto dibujo para trasladarlo sin sufrir molestia alguna, tiene la textura necesaria para generar alimento, es cierto que tu podrías traerme cientos de hojas pero tendría que hacer el mismo trabajo o quizás mas ya que una vez terminada la separación, evaluación, selección y faena de las hojas disponibles el viaje para conseguir mas hojas seria en forma cuantitativa de una extensión mas grande-
-Comprendo tu razonamiento amiga hormiguita, no creo que alguna vez veamos las cosas de igual manera así que te dejare pasar para que continúes-
-Te lo agradezco amigo ratón, sin intención de ofenderte te voy a desear lo que nosotras deseamos para cualquier hormiguita, espero que el día que te toque enfrentar el viaje mas largo estés acompañada de miles de compañeros tuyos, créeme que cuando te sientes entre tanta gente el fin parece mucho menos aterrador-
-Ojala que disfrutes hormiguita tus días de trabajo-
-Ojala que seas feliz ratón-
El ratón se marcho sin voltear la vista atrás, se encontraba muy confundido pero a pesar de que jamás volvería a hablar con aquella hormiguita en vida tenia la certeza que esta lo esperaría en algún otro lugar

lunes, 25 de enero de 2010

Fama

Tenia la fama de ser el hombre mas solitario del mundo, alguien que sin despertar la menor sospecha desdeñaba a quien conocía, su condición no se debía al mal carácter, muchos pensaban que era consecuencia de algún trauma, cuando me entere del raro prestigio de este hombre no dude en ir a hablar con él, quizás supiera algo que la mayoría ignora, quizás estaba en sus manos la llave para comprender los males de este mundo, quizás solo era un loco.
Golpee la puerta de Emiliano Aldemonio, la calle era Rivadavia y el numero de su puerta era el 430, no paso nada, insistí unas cuantas veces mas, tampoco respondieron, mientras me marchaba rescindiendo mi decisión resonó un crujido traído del pasado, una muchacha de tez muy blanca asomo su cabeza

-¿Qué queres?- me indago
-Ver al señor Aldemonio, ¿se encuentra?-
-Si, pero el no desea verlo, si lo quisiera yo lo sabría- me puso en jaque
-No me presente aun, soy Alanis Nuñez…- tenia que improvisar- periodista de personajes ilustres-

En ese momento la pálida portera cambio el gesto, algo semejante a una sonrisa la ilumino, cerro la puerta con ese crujido antiguo y luego una vez más volvió a crujir cuando la abrió por completo

-Adelante, el señor lo espera-

Nos dirigimos a través de un pasillo color crema, a los costados cuadros de diferentes autores pero siempre con el mismo rostro adornaban el recorrido, aunque imperfectos era fácil descubrir que era el rostro de la muchacha que me guiaba, cuando el pasillo termino un gran salón se abrió delante de nosotros, en el medio dos sillas una de las cuales esperaba ser ocupada, en la otra un anciano

-Ve a preparar algo para tomar- le grito a la portera con su voz disfoníca
-Asi que usted es el famoso Emilio Aldemonio-
-Exacto, mucho gusto en conocerlo-
-El gusto es mió-
Me acerque para darle la mano pero el la rehusó con una seña
-Tome asiento ¿Se puede saber como ha llegado hasta mí?-
-Seguro, en el diario nacional salio una lista con los personajes más extraños, entre ellos estaba usted, la persona más solitaria del mundo-
-Mi inversión ha dado sus frutos, mi rostro en el diario, ¿lo puede creer?, se oye tan lejano-
-Si que lo creo, ¿acaso soy el único que ha tratado de encontrarlo?-
-No, pero usted cumple con las características necesarias para motivarme, ¿Qué edad posee?-
-23 años, cumplo los 24 en un par de semanas-
-Perfecto-
-Señor Aldemonio me explicaría porque se hizo acreedor a tal fama-
-Se lo contare pero guardo muy poca fe de que lo crea, al menos en un comienzo-
-Pruébeme-
-Yo soy unos de los primeros nativos de este país, nací en 1806 y tuve la dicha de conocer a San Martin y a Rosas, es mas, puedo contarle que combatí junto a Rosas en la famosa batalla de Cepeda, una vez caído, Rosas migro a Inglaterra, yo me quede aquí-
-¿Me esta diciendo que tiene 200 años?, no hay prueba que resista tal delirio-
-Déjeme continuar por favor, cuando nuestra cuasi guerra civil finalizo los pocos sobrevivientes no tuvimos de que vivir, yo me hice periodista y a poco de comenzar mi carrera escuche que el famoso español errante habitaba en el norte de la provincia, en lo que ahora es la ciudad de Campana, fue en esta misma casa, era un hombre avejentado con unas cataratas que no podía ver ni sus propias manos, cuando lo entreviste y mientras hablamos el español errante comenzó a… a… digamos que a desenvejecer, en ese entonces descubrí que mientras para algunos las palabras son como la sal que seca para otros las palabras son agua que devuelven la vida, por eso no podía dejarme entrevistar por cualquiera, la fama de hombre solitario es cierta, mas que con el pequeño diablito que actúa de casera no hablo con nadie, pero la fama conseguida con dinero fue la excusa para conversar con alguien que me rejuvenezca, estoy hablando de ti, ¿o acaso no notaste que mi voz se ha puesto mas firme y que alguna arruga se ha borrado?-
Era cierto pero no adjudicaba ese hecho a nuestra conversación
-Entonces mientras sigamos hablando mas vas a rejuvenecer-
-Así es-
-Entonces hablemos-
No se bien porque pero quería comprobar que todo era un fraude, que estaba loco o que al menos deliraba por vaya a saber uno que enfermedad, estuvimos hablando durante mas de diez horas, hablamos de fútbol, política, cine y literatura, era fácil ver que su personaje se encontraba bien elaborado, todos sus gustos databan de personas de un pasado semicercano.
Aun no puedo creer lo que sucedió una hora después, poco a poco mientras hablábamos Emiliano Aldemonio rejuvenecía mas y mas, a las horas de haber comenzado parecía un adulto maduro, entrada la madrugada su rostro era el de un hombre de 35 años, al amanecer y casi a punto de irme este hombre era tan joven como yo, no podía creer lo que veía, de seguro en todo momento fue joven pero había actuado para hacer mas realista el papel, al final cuando parecía de mi edad mire mi reloj y eran las 9 am, tenia que encontrarme con Cintia al mediodía, quise despedirme pero en lugar de mi voz de barítono brillante salio de dentro de mi una voz arenosa y perezosa
-Creo que es hora de que me vaya-
-El que se va soy yo, en cambio tú vas a tener que quedarte a esperar aquí-
-¿A esperar que?-
Entonces mire mis manos y vi el horror, mis dedos estaban muy arrugados, mis manos estaban iguales y llenas de pecas, me levante lo mas rápido que pude y al mirar un espejo en vez de verme a mi vi a un viejo decrepito pero, un momento, ese viejo decrepito era yo, era exacto como luciría yo en muchos años, mas de los que esperaba vivir, mientras me tocaba tratando de sacarme la vejez de encima Emiliano Aldemonio hurgo entre mi bolso, saco dinero y tarjetas de crédito
-Solo porquerías llevas, espero que esto me alcance para continuar mi vida donde la deje-
-No, para, no podes hacerme esto, yo te di juventud y ¿te vas a ir asi nomás?-
-Tienes razón, allí detrás de ti hay acrílicos y telas para que pintes, espero que haga mas llevadera tu eternidad aquí, deseo aclararte, si tu no posees menos de 24 años no puedes salir por el corredor-
Emiliano Aldemonio salio por el pasillo que una noche atrás yo había cruzado, intente seguirlo pero el cuerpo demacrado que tenia no podía siquiera seguir un caminar veloz, cuando quise atravesar el pasillo se fue alargando mas y mas, cada paso que hacia sobre el pasillo este era un paso mas largo, después de recorrer lo que correspondía a 100 metros me rendí, la puerta al final del pasillo se abrió y cerro, Emiliano Aldemonio ya había escapado, volví a las dos sillas, tenia toda la eternidad para aprender a pintar pero no tenia ninguno modelo mas que la habitación vacía en la que me encontraba, de pronto desde el mismo pasillo que yo intente traspasar apareció la ama de llaves con el te
-El amo dibujaba todo el tiempo, muchas pinturas me las dio a mi para que las vendiera, con el dinero compro su extraña fama-
-Ya me di cuenta- aun me sonaba extraña mi voz- pero para eso hay que esperar mucho, primero que yo aprenda a pintar, después que la vendas, mas tarde que consigamos mucho dinero y al final que alguien acepte crearme la fama por dinero, mejor haré esto, voy a escribir un cuento especificando esta dirección, asi si alguien curioso desea saber si el cuento es verdad vendrá a verme y cuando llegue…-

martes, 17 de noviembre de 2009

Noche buena

Esta vez lo esperaba despierto, era mi oportunidad numero veintiséis y no dejaría pasar un año mas para eliminar esa duda que me atormentaba desde que tenia uso de razón, ¿será cierto?, ¿será solo una estafa?, las horas transcurrían muy lentas, a paso imperceptible según mis ansias, el suave olor a fiesta invernal, un pan dulce despedazado que se secaba poco a poco sobre la mesa, desde muy temprano estaba allí, demasiadas horas en la misma pose, mirando al mismo sector de mi casa, en esta ocasión no podría sorprenderme al encontrar los regalos el día siguiente, con sigilo montaba guardia frente al árbol de navidad enmohecido por las lagrimas, no parpadeaba, casi ni respiraba, tenia la idea de que el mas mínimo descuido seria el momento en el que el hombre de rojo daría su golpe, los segundos pasaron hasta que se convirtieron en minutos y luego en horas, mi fe se desvanecía hasta que de repente oí un ruido a cascabeles y un golpe muy fuerte, cuando enfoque mis ojos en la chimenea allí estaba el hombre de la gran barriga con su bolsa y una barba digna del más antiguo de los reos, una sonrisa le dibujaba los labios de oreja a oreja pronunciando el mas estridente de los gritos que en mi vida escuche, “JO JO JO”, aun me eriza la piel recordarlo, lo ataque con preguntas que llevaba dentro de mi, ¿quién sos?, ¿donde vivís?, ¿porque nunca me traes el regalo que yo quiero?, ¿cómo sabes quien se porta mal y quien bien?, el me miro de forma paternal y me dijo que no tenia el tiempo para responderme todo eso, tardaría toda una noche y solo disponía de segundos para entrar, dejar el regalo y luego marcharse en todos los hogares del mundo, yo le insistí, le suplique, le llore, cuando percibí que eso no funcionaba lo tome del cuello y lo forcé a sentarse en una silla, allí lo ate y ante mi sorpresa por la situación comenzamos una charla muy fluida, le conté de mis problemas con Silvana, de lo mucho que se complicaba existir, de mi recuperación exitosa del manicomio, el siempre me sonrió dándome pequeños consejos útiles, cuando finalice me comento de lo largo que eran sus viajes, de la cantidad de cosas insólitas que le habían ocurrido y de un montón de cosas mas que ya no recuerdo, al final lo mire con tristeza y me pregunto que ocurría, tantas expectativas, tantos deseos, ¿por qué nunca me diste lo que te pedía?, el hombre vestido de Papa Noel me miró a los ojos y me respondió casi susurrándome, siempre te he dado lo que necesitas pero lo que deseas no siempre es lo que necesitas, incrédulo me quede pensando en sus palabras, el silencio agrietaba la tranquilidad, lo observe de nuevo y me dirigí a la otra habitación para asegurarme de algunos detalles antes de dar el siguiente paso, cuando regrese mi mirada era sombría y Papa Noel debió notarlo pero jamás demostró su propio terror, cuando me dirigí a él con un machete no vacile en lo que haría, no se cuantos golpes le di, estaba enfurecido, mientras había salido de la habitación llame a mi hermano para contarle lo que ocurría en mi casa pero me respondió la pequeña Isabel, mi sobrina, y me contó del montón de cosas que le había dejado Papa Noel, allí me di cuenta de que el que se encontraba en mi sala era un impostor y solo para evitar que volviera a cometer el mismo fraude con alguna otra persona decidí acabar con él en la sala de mi casa